La regla de los 6 segundos en el fútbol se refiere al límite de tiempo durante el cual un portero puede mantener el balón en sus manos sin ponerlo en juego. Esta regla se introdujo para acelerar el ritmo del partido y evitar el abuso del tiempo por parte del equipo con ventaja. La idea básica es que un portero no puede mantener el balón en sus manos durante más de seis segundos después de obtener posesión del mismo, incluso cuando recibe el balón después de una parada, una intercepción o un pase de un compañero de equipo. La cuenta atrás comienza inmediatamente después de que el portero controle el balón con sus manos.
En la práctica, esta regla rara vez provoca violaciones, ya que los porteros suelen ser disciplinados y respetan los límites de tiempo. Sin embargo, en algunos casos, especialmente cuando un equipo está tratando de ganar tiempo al final de un partido, los porteros pueden sostener el balón en sus manos más tiempo del permitido en un intento de ralentizar el juego. Los árbitros en tales situaciones suelen dar una advertencia verbal antes de registrar una infracción. Si se viola la regla, el juego se reanudará con un tiro libre a favor del oponente desde el lugar donde se produjo la violación.
Esta regla también plantea algunos desafíos en cuanto a su cumplimiento, ya que no siempre es fácil determinar claramente el punto desde el cual debe comenzar la cuenta regresiva. En un juego de ritmo rápido, el árbitro puede tomar decisiones subjetivas, y un margen de tiempo de un milisegundo para el portero a veces se considera aceptable. En cambio, las críticas por no respetar la regla surgen principalmente de los fanáticos o del equipo contrario cuando el gol del equipo atacante no recibe una respuesta rápida en el juego.
El cumplimiento de la regla de los seis segundos depende de la concienciación de los porteros, ya que es principalmente una cuestión de disciplina de juego y respeto a las reglas. Para evitar conflictos o retrasos, los entrenadores prestan atención a enseñar a los porteros cómo poner el balón en juego de forma rápida y correcta. En última instancia, esto contribuye no sólo a un partido más activo, sino también a mantener la ética del juego, que se basa en la honestidad y la igualdad de oportunidades para ambos equipos.