Cuando el fútbol empezó a pasar de ser una competición amateur no organizada a una actividad estructurada y organizada, surgió el concepto de establecer ligas de fútbol como la siguiente etapa lógica en la evolución del juego. En sus primeros años, el fútbol era un deporte bastante desestructurado, jugado principalmente por equipos locales o escuelas. La mayoría de estos encuentros duraban solo un día y carecían de consistencia o de un patrón claro. Sin embargo, el fútbol se hizo popular rápidamente y, a medida que se formaban gradualmente clubes de fútbol, hubo una creciente demanda de organizar competiciones.
La creciente competencia entre equipos sirvió como el principal catalizador para la formación de ligas. Los clubes eran organizaciones voluntarias que tenían como objetivo tener partidos regulares, llevar la cuenta de los resultados y ser reconocidos como ganadores. Como resultado, se volvió crucial para los jugadores de fútbol y los aficionados participar en competiciones en las que se elegirían los mejores equipos, además de jugar partidos individuales. Esto sirvió como base para el desarrollo de competiciones organizadas con un calendario establecido.
La segunda mitad del siglo XIX vio los primeros intentos de establecer ligas de fútbol. El objetivo era reunir a varios clubes bajo un único marco cohesivo para que cada equipo pudiera jugar contra otros equipos varias veces por temporada. Todos los clubes, independientemente de su popularidad, debían tener las mismas oportunidades en estos encuentros, lo que garantizaría las mismas condiciones de juego para todos los jugadores. Se otorgaban puntos a los equipos por victorias y empates, lo que ayudaba a mantener despejada la clasificación del torneo.
Las ligas de fútbol comenzaron a abordar una serie de cuestiones a la vez: hicieron que los partidos fueran más frecuentes, avivaron el interés de los aficionados en la temporada como un proceso competitivo especial y crearon un culto al desarrollo continuo de los clubes. La estructura de las ligas se fue refinando con el tiempo, y los clubes ahora se clasifican en niveles basados en habilidades. Esta idea, que se originó a partir de una necesidad de estructura, es lo que hizo que el fútbol sea lo que es hoy: un deporte con sistemas competitivos distintos que brindan cada temporada una sensación de tensión e interés inigualables.